El apóstol Pablo dice, en la epístola a los Romanos, que es necesario cambiar nuestra manera de pensar si queremos cambiar nuestra manera de vivir. Muchas personas entienden esto en principio, pero fallan en demostrarlo porque no lo llevan a la práctica. Durante la práctica espiritual, su mente se eleva en consciencia, sin embargo, tan pronto como su tiempo "sagrado" termina, los patrones habituales resurgen.
"No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto." - Romanos 12.2
Para construir una estructura firme y duradera es preciso darle firmes fundamentos. Cambiar la manera de pensar sobre Dios, sobre el mundo y sobre nosotros mismos, sienta las bases para una vida más plena y espiritual. Nuestra realidad se transforma si nosotros nos transformamos, y nosotros somos transformados por la renovación de nuestras mentes.
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