viernes, 4 de septiembre de 2015

Dejar la luz brillar

Los seres humanos somos insaciables buscadores. Nunca estamos satisfechos. Eso es una buena señal, pero también puede ser una característica de debilidad. Muchas veces sucede que, al encontrarnos con una verdad espiritual, enseguida pensamos: "esto es justo lo que necesita fulano..."


La verdad espiritual puede testimoniarse, pero no puede jamas comunicarse. Cada cual debe hacer su propio camino, su propio descubrimiento; y eso solamente puede suceder cuando el tiempo ha llegado. No podemos forzar a las personas a creer, ni podemos creer nosotros en su lugar.

Es un esfuerzo vano querer forzar a otras personas a aceptar la verdad espiritual. Solamente podemos dar el testimonio silencioso de nuestra propia vida, y conducta. Si la paz y la alegría adornan nuestra existencia, entonces los demás se acercarán por propia voluntad, queriendo también experimentar esa plenitud. 

"Pero cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo." Juan 12.32

Ralph Waldo Emerson dijo: "Lo que haces habla tan fuerte, que no puedo escuchar lo que dices." Comprender esa verdad hará de nuestra vida una "ciudad sobre la colina que no puede ser escondida porque es la ciudad de Dios". Se trata de dejar que nuestra luz brille para la gloria del Padre celestial.

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