viernes, 23 de octubre de 2015

Cuidemos los pensamientos

"Ustedes han oído que se dijo: “No cometas adulterio.” Pero yo les digo que cualquiera que mira con deseo a una mujer, ya cometió adulterio con ella en su corazón." Mateo 5.27-28

En este conocido pasaje, Jesús enfatiza el principio espiritual fundamental, que el mundo en general desconoce, que lo que realmente importa es el pensamiento, lo que tenemos "en el corazón". Las personas suponen que, siempre que sus acciones se ajusten a la ley, han cumplido razonablemente con la norma moral, y que sus pensamientos y sentimientos son un asunto sin consecuencia. Pero, el tipo de pensamiento que nosotros permitimos se haga habitual, más tarde o más temprano se expresará en acción. 

"[...] uno es tentado por sus propios malos deseos, que lo atraen y lo seducen. De estos malos deseos nace el pecado; y del pecado, cuando llega a su completo desarrollo, nace la muerte." Santiago 1.14-15

La consecuencia lógica de este principio debería llamarnos la atención. Significa que si mantenemos pensamientos codiciosos por el dinero o las propiedades de otra persona, somos ladrones, aunque todavía no hayamos echado mano del botín. El adúltero en el corazón se está corrompiendo espiritualmente aunque su pensamiento impuro nunca se materialice. "Los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los asesinatos, los adulterios, la codicia, las maldades, el engaño, los vicios, la envidia, los chismes, el orgullo y la falta de juicio", cuando los abrigamos en la mente, llevan el consentimiento del corazón, y este consentimiento es la malicia del pecado.

"Cuida tu mente más que nada en el mundo, porque ella es fuente de vida." Proverbios, 4.23

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