martes, 3 de noviembre de 2015

Causa y efecto


Los semejantes se atraen y se reproducen. Esa es una ley natural, lo cual significa que sea una verdad universal, aplicable en todo tiempo, lugar y circunstancia. Como dijo el Maestro Jesús: "no recogerás uvas de espinos o higos de cardos", y también:

"Así, todo árbol bueno da fruto bueno, pero el árbol malo da fruto malo..." Mateo 7.17

El mismo principio es aplicable a nuestros pensamientos, palabras y acciones. Aquello que sembremos, eso mismo cosecharemos, más tarde o más temprano. Pero siempre, de forma inmediata o después de cierto tiempo, lo semejante engendra lo semejante.

Al contrario del pensamiento popular, si observamos detenidamente, la ley de causa y efecto no es castigo. Si ponemos una mano sobre el fuego, nos quemaremos. Si bien eso causa dolor, no es castigo, es tan sólo una consecuencia natural, que bien entendida nos hace aprender a no meter la mano en el fuego. Así es con toda retribución natural, sufrimos porque tenemos una lección que aprender.

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