martes, 23 de febrero de 2016

Victoria


Comparto con cada mujer y hombre
la esencia de la misma familia.
Sólo el nombre separa, el nombre es
una barrera umbrosa que lastima.

Somos de la misma carne y sangre, 
y la redención consiste en ver más allá 
del nombre la sangre humana, la misma
que es tuya y mía, y de todos.

Morir es temer la muerte,
demonio atávico que duele hasta
que la vida de todo fluye en todos.

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