martes, 20 de junio de 2017

Cuando Dios permanece en silencio

"¿Por qué te escondes? ¿Por qué te olvidas de nosotros, que sufrimos tanto, tanto?" Salmos 44.24

Si se nos preguntara, es probable que todos nosotros diríamos sin sombra de duda que creemos que el amor de Dios es infinito, que nuestro amoroso Padre celestial es omnipresente, omnipotente y omnisciente. Todos, en cierto grado, creemos que Dios se interesa por nosotros, que nos valora y que nos cuida. Pero, si bien es cierto que muchos no dudamos al confesar nuestra fe, pocos somos los que experimentamos la seguridad y la paz que provienen de la comunión con el Señor. ¿Por qué sucede esto?


Lo cierto es que, para la mayor parte de nosotros, la "fe" se reduce a una acumulación de fórmulas guardadas en nuestra mente, pero sin relación práctica con ninguna área de nuestras vidas. Conocer y recitar verdades sobre Dios, sus atributos y cualidades, no sirve de nada si ese conocimiento no nos transforma.

"Altísimo Señor, ¡qué bueno es darte gracias y cantar himnos en tu honor! Anunciar por la mañana y por la noche tu gran amor y fidelidad." Salmos 92.1-2

Conocemos realmente a Dios en la medida que buscamos expresar en nuestras vidas sus atributos y cualidades. Es importante meditar en su palabra, contemplar sus obras y descansar en su presencia diariamente si deseamos que el suave susurro del Espíritu se oiga en cada latido de nuestros corazones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario