jueves, 24 de marzo de 2016

El Dios de mi Fe


No creo en el dios de los magistrados, ni en el dios de los generales, o de las oraciones patrióticas.

No creo en el dios de los himnos fúnebres, ni en el dios de las salas de audiencias, o de los prólogos de las constituciones, o de los epílogos de los discursos elocuentes.

No creo en el dios de la suerte de los ricos, ni en el dios del miedo de los opulentos, o de la alegría de los que le roban al pueblo.

No creo en el dios de la paz mentirosa, ni en el dios de la justicia antipopular, o de las venerandas tradiciones nacionales.

No creo en el dios de los sermones vacíos, ni en el dios de los saludos protocolarios, o de los matrimonios sin amor.

No creo en el dios construido a imagen y semejanza de los poderosos, ni en el dios inventado para sedar las miserias y los sufrimientos de los pobres.

No creo en el dios que duerme en las paredes o se esconde en el cofre de las iglesias.

No creo en el dios de las navidades comerciales ni en eldios de las propagandas coloridas.

No creo en el dios hecho de mentiras, tan frágil como el barro, ni en el dios del orden establecido sobre el desorden consentido.

El DIOS de mi fe nació en una gruta. Era judío, fue perseguido por un rey extranjero, y caminaba errante por Palestina. Se hacía acompañar por gente del pueblo; le daba pan a los que tenían hambre; luz a los que vivían en las tinieblas; libertad a los que yacían encadenados; paz a los que suplicaban justicia.

El DIOS de mi fe ponía al hombre encima de la ley, y el amor en el lugar de las viejas tradiciones.

Él no tenía ni una piedra donde reclinar la cabeza y se mezclaba entre los pobres...

El DIOS de mi fe no es otro sino el Hijo de María, Jesús de Nazaret.

TODOS LOS DÍAS ÉL MUERE CRUCIFICADO POR NUESTRO EGOÍSMO.

TODOS LOS DÍAS ÉL RESUCITA POR LA FUERZA DE NUESTRO AMOR.

(Extraído del libro "Salmos Latino-Americanos", Frei Beto.)

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