viernes, 19 de agosto de 2016

En el lugar de reposo


Bajo el sol los trabajos se hacen duros.
Sangrar, sudar, temer, morir... sin pausa.
Y una Ley inexorable que, sin piedad,
castiga el corazón... sin descanso.

Los días de la carne ya pasaron silenciosos
con su Ley y sus sacrificios de crueldad.
El Templo se quemó como hojarasca
y la derrota fue, sin duda, la libertad.

Porque lo mejor ya vino, y está presente.
¿Por qué volver a la tierra de dolor?
El lugar de reposo es aquí, donde estoy ahora. 

La presencia divina del instante santo
es mejor que cualquier gloria de la fuerza. 
Un nuevo sol brilla en la quietud.

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