martes, 6 de diciembre de 2016

Génesis

La palabra "génesis",  transliterada del griego, significa origen o comienzo, y ese es el tema dominante del primer libro de la Biblia. El Génesis comienza con un relato genérico de cómo todas las cosas vinieron a la existencia, por el poder de la palabra divina. Continúa con la historia de Adán y Eva, y de cómo la humanidad, de forma arquetípica, es causa de toda condición que manifiesta en su vida. Los relatos sobre Caín y Abel; Noé y el diluvio; la Torre de Babel; la historia de Abraham y su familia; la saga de José y sus hermanos; todas muestran diferentes aspectos de Dios, el ser humano y el universo y sus mutuas relaciones. El libro del Génesis es en parte histórico y en parte alegórico. A menos que percibamos las lecciones espirituales detrás de la historia concreta, nos perderemos el profundo mensaje que la Biblia tiene para nosotros.

"Miren, yo voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva. Lo pasado quedará olvidado, nadie se volverá a acordar de ello." Isaías 65.17

La creación, con toda su belleza y majestad, nos revela claramente la existencia y el poder de Dios, pero esa evidencia no pasa de algo externo. Para los que deseamos experimentar una profunda y personal comunión con el Señor, nos es necesario ir más allá de esto, y entrar en "la santa ciudad, la nueva Jerusalén" que desciende del cielo, la cual no es otra cosa que la Presencia de Dios.

"Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra habían dejado de existir, y también el mar. Vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de la presencia de Dios. Estaba arreglada como una novia vestida para su prometido." Apocalipsis 21.1-2

El libro del Génesis expresa en un lenguaje poético y sencillo todos los matices de la creación, el resto de la Biblia despliega el propósito de Dios: la creación de "nuevos cielos y nueva tierra". El propósito de Dios es habitar en comunión con su creación transfigurada por la gloria de su Presencia, y con las imágenes de la creación actual contenidas en el Génesis podemos, por analogía, vislumbrar el gozo que produce la Práctica de la Presencia de Dios.

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