viernes, 3 de marzo de 2017

El orden de la Creación

"Jesús dijo también: Con el reino de Dios sucede como con el hombre que siembra semilla en la tierra: que lo mismo da que esté dormido o despierto, que sea de noche o de día, la semilla nace y crece, sin que él sepa cómo. Y es que la tierra produce por sí misma: primero el tallo, luego la espiga y más tarde los granos que llenan la espiga. Y cuando ya el grano está maduro, lo recoge, porque ha llegado el tiempo de la cosecha." Marcos 4.26-29

En algún momento de nuestras vidas, aunque más no haya sido durante un sencillo experimento escolar, todos nosotros hemos visto germinar una semilla, esperando la aparición del brote y alegrándonos al ver cómo de elevaba el pequeño tallo. Es un orden tan obvio que pocas veces paramos a pensar en él; primero la semilla, luego el brote, finalmente la planta. Nadie en su sano juicio pensaría plantar el tallo y esperar que la semilla saliese hacia arriba; sin embargo, ¡hacemos exactamente eso en muchos de nuestros asuntos! 

Vivimos en medio de una cultura de resultados. Lo que importa es el fruto, sin importar el proceso. Con frecuencia, todos nosotros esperamos comenzar directamente por la planta. Pensamos que nuestra vida, o las circunstancias, podrían cambiar tan solamente modificando la condiciones exteriores. Pero eso es tan descabellado como intentar plantar el tallito germinado en el frasco y que de éste brote la semilla; sencillamente estamos trabajando fuera del orden de la creación.

"Háganlo todo decentemente y con orden." l Corintios 14.40

Jesús ilustra con gran simplicidad cómo Dios actúa. Todo inicia en el interior, en el lugar secreto. El orden divino del universo pone primero la semilla y luego viene la planta, y nunca puede ser invertido. Así también es la manifestación de la palabra de Dios en nuestras vidas, primero es oída y plantada en lo íntimo del corazón, y siguiendo el orden germina y brota expresándose en el tallo la fe, las hojas de la esperanza y el fruto dulce del amor.

1 comentario:

  1. Gracias por la forma sencilla de decir algo sencillo que no es sencillo aplicarlo al mundo que busca resultados.

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