sábado, 13 de septiembre de 2014

La Vida Universal

¿Qué es la vida? Si bien ha sido una pregunta constante en la mente de la humanidad, lo cierto es que nunca ha recibido una respuesta satisfactoria. La vida como tal es irreductible a nuestras categorías intelectuales. Y, si bien no es una respuesta a la medida de los libros, no hay otra forma de saber qué es la vida a no ser viviendo. La Vida es continuidad, es el pulso constante y eterno de la actividad universal, es la manifestación individualizada de la Inteligencia, el Amor y la Bondad de Dios.
 

Toda vida procede de la Vida Divina, nada de lo que es es fuera de Dios. Cuando de manera necia queremos reducir la vida a simples procesos mecánicos, dejamos de percibir la riqueza y la profundidad del misterio de la existencia no sólo de nosotros mismos, sino de todo el Universo. Si ignoramos consciente o inconscientemente que toda vida procede de la Vida Divina, entonces quedamos nosotros mismos desorientados sobre la riqueza y profundidad de nuestra propia vida, perdemos nuestro significado, nuestro lugar y nuestro propósito.


“Él nos da poder para vivir, para movernos y para ser lo que somos. Así lo dice uno de los poetas de este país: «Realmente somos hijos de Dios».” - Hechos de los Apóstoles 17.28


Nuestra mente no tiene la capacidad de captar el todo de una vez. Entendemos las cosas, o creemos entenderlas, fragmentándolas. Y todos sabemos que no se puede fragmentar la vida y pretender que ésta continúe. La Vida Universal es un perfecto ritmo Divino, tal vez a nuestros ojos individualistas y egoístas nos parezca un mecanismo irracional y, a veces caótico, pero cuando percibimos en ella la Inteligencia, el Amor y la Bondad de Dios, nos damos cuenta que la Vida es el Bien en todas sus manifestaciones.

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